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No sé si a ustedes les ha pasado, pero cuando se habla sobre los primeros oficios u ocupaciones de la Historia, se tiende a decir que fue la prostitución, la pesca o incluso el robo.
Negamos rotundamente al robo como oficio (aunque requiera sus respectivas habilidades) y sobre la prostitución hay que decir que no tenía la connotación que hoy, sino que era incluso sagrada. Sin embargo, hay otras funciones que bien podrían ocupar el lugar de primer oficio, al menos dos: la educación y la selección de personal.
Y es que, ya poniéndonos serios y analíticos, debemos pensar en las primeras civilizaciones y cómo construyeron sus “nosotros”, para cohesionar al grupo propio y protegerlo de otros.
Para esto, sería necesario un cuerpo de personas que hiciera la temible y ardua labor de la guerra, ¿ya sabes a dónde vamos con esto…? Correcto, ¡a la atracción y selección!
De ahí surge el cada día más en desuso término de “reclutamiento” para la industria de la selección de personal: de la función de elegir a los más aptos para la guerra según sus atributos físicos (y claro, su clase social).
Sin embargo, esto también debía pasar para otras actividades que tenían gran importancia: pensemos en las Bellas Artes y en la elección de los más sensibles para la música, de los más gráciles para la danza, de los más retóricos para la poesía.
Así, hasta nuestros días, encontramos al llamado “séptimo arte”, el cine, y de eso hablaremos en este post, que se desprende de una anécdota que, como leíste en el título, por poco nos deja sin un clásico del celuloide: Volver al futuro (Back to the Future).

Selección de personal o casting para Volver al futuro
Este hit de los 80 pudo haber sido completamente distinto a como lo conocemos hoy, y en gran parte se debe al talento seleccionado para el personaje principal. Esta nota se desprende del capítulo uno de la temporada dos de Las películas que nos formaron, docuserie disponible en Netflix.
Al inicio del capítulo ya se advierte que Marty McFly no es como lo recordamos, lo mismo que la propia máquina del tiempo, ¡y hasta hay un chimpancé!
Se nos explica en el transcurso del capítulo que, en realidad, la idea de esta película surgió a partir de que Bob Gale (guionista del éxito de taquilla) encontró el anuario de secundaria de su padre, que fue a la misma escuela que él. Su padre había sido presidente de la clase, y esto hizo que Bob se preguntara si él mismo se hubiera llevado bien con su padre en caso de haber sido compañeros y no padre e hijo. Ahí el germen de la odisea.
Sin embargo, la idea estaba a medias y se fue construyendo con revisiones por parte de los productores de Universal, entre ellos, Sid Sheinberg. Esta idea a medias tenía, sin embargo, bastante claridad respecto al argumento principal, al tono de la película (una comedia de ciencia ficción) y sobre su protagonista: Michael J. Fox.
Y es aquí donde comenzamos a entrar en materia (¡ya era hora, estamos a medio post!).
Entre los muchos cambios que vivió este guion –todos ellos a petición de Sid Sheinberg–, están algunos menores, como el hecho de quitar a un chimpancé y sustituirlo por el perro del Doc. Brown, (el primer ser vivo que, de hecho, va y vuelve del futuro en la película).
El doctor Emmet Brown era originalmente profesor e, incluso, por un capricho, Sid pidió que la mamá de Marty se llamara como su esposa, Lorraine.
Pero no todos los cambios fueron tan sencillos de aplicar: el DeLorean era, en principio, ¡un refrigerador!; el final requería muchísimo presupuesto, puesto que originalmente la película terminaba en una prueba nuclear (al final, el rayo fue la solución para la fuente de energía que requería el viaje en el tiempo); e incluso Sid pidió que el título se cambiara por Spaceman from Pluto (algo así como “Astronauta de Plutón”).
Pero el cambio más polémico fue la imposición por parte de este productor del actor Eric Stoltz para el papel protagónico. Los creadores del filme, como se había dicho, querían a Michael J. Fox, pero estaba muy ocupado y, por ende, no estaba disponible.
Había prisa por sacar la cinta al aire lo antes posible, y Sid dijo que si Eric Stoltz no funcionaba “Lo pueden quitar y empezar todo de nuevo”. Así que estaba decidido: Eric sería Marty.

Hay que decir que Eric había sido nominado a un Globo de Oro por su interpretación en Mask ese mismo año. Es decir, que no era un mal actor. No obstante, algo no funcionaba.
Cuentan que al final de la primera lectura del guion entre todos los actores principales, se vio el primer problema, ya que para Eric era sumamente triste lo sucedido con Marty: él estaba condenado a vivir en un mundo que no era el que dejó antes de viajar al pasado, todos sus recuerdos serían inexactos y su propia familia y entorno no eran “genuinos”.
¡Cómo es posible esto! Vamos, la familia de Marty al final parece mucho mejor que al inicio, (en especial la autoestima de su padre y su relación con Biff), además, ¡él tenía la camioneta que siempre había deseado y su novia aún lo amaba!
Más allá de esta primera lectura, vinieron los primeros días de rodaje… las primeras semanas… el primer mes. Los encargados de hacer la postproducción comenzaron a hacer el recorte de imágenes y pietaje; fue ahí cuando se dieron cuenta de que algo no marchaba bien.
Después de revisar sesudamente varias tomas, el diagnóstico era unánime, el problema tenía nombre y apellido: Eric Stoltz.
Se buscaban soluciones como recortar esta toma de aquí, aquella de allá, omitir esta escena, rellenar con este corte… un trabajo titánico de postproducción se veía venir, porque sería una locura cambiar al protagonista de la película con el tiempo encima y tras cinco semanas de rodaje, ¿verdad…?
Pero había una cuestión de esencia detrás de todo: la afinidad entre el actor y su rol no era la que se buscaba. En palabras del director, Robert Zemeckis, ¡estaban haciendo la película incorrecta!
En lo profundo de Eric esto era un drama, ¡se lo estaba tomando demasiado en serio! Es como si viviera el trauma real de viajar en el tiempo, y no la aventura asincrónica posible gracias al capacitador de flujo del Doc. Emmet Brown que los creadores tenían en mente.
Así que recordaron las palabras de Sid y, tras llamar a Steven Spielberg para que intercediera, pidieron una audiencia con Universal y con Sid Sheinberg, para decirle que su candidato impuesto como protagonista no era el talento que necesitaban para dar vida a esta magnífica historia.
Sid aceptó con sus reservas, diciendo que “La historia probará que se equivocan, pero lo haremos porque verdaderamente creen en esto”. Después de una brevísima negociación con el agente de Michael y con Michael mismo, este aceptó el papel sin siquiera leer el guion (tan solo sopesándolo en comparación con el de Family Ties, serie que grababa durante el día).
Hablando de afinidad, había otro problema: la actriz original era más alta que Michael, así que, después de una breve encuesta a todas las mujeres del staff, se tomó otra decisión crucial: debían de cambiar de actriz porque, según las cuestionadas, ninguna chica adolescente andaría con un chico que fuera de un tamaño menor al de ella.
A pesar de las vicisitudes que implicaba grabar con Michael por sus otros compromisos, el camino andado durante ya cinco semanas por todo el equipo y, sobre todo, la emoción de contar con las personas correctas, hicieron de la película y su deadline un aliciente más que un impedimento.
Se nos cuenta que desde la primera línea de Michael (en el centro comercial, antes del primer viaje del perro del Doc. Brown) se vio la magia, ¡tenían a las personas adecuadas en los papeles correctos!

Conclusiones desde la gestión de talento
A manera de conclusión, podemos ver en este anecdótico artículo varias cuestiones para los que nos dedicamos a la atracción y selección de personal.
Primero, la importancia del perfilamiento de las vacantes. Podríamos decir que los creadores de la película serían algo así como los “clientes internos”. Ellos tenían claro a quién querían, ya que veían en Michael J. Fox al chico simpático, alegre y con “chispa” que encarnaría a Marty McFly.
Si bien esto está lejos de ser una descripción de puesto en forma (de competencias laborales mejor ni hablamos) sí está claro que se sabía lo que el talento de Michael aportaría a la historia.
Segunda, la importancia del proceso de selección. Aquí se ve claramente cómo decidir desde la “corazonada” no es algo que garantice el éxito. Vaya, ni siquiera la experiencia laboral de Eric, nominado a un Globo de Oro, fue suficiente.
Sid no solo decidió unilateralmente a su candidato, ¡sino que ni siquiera hubo proceso de staffing! Una cosa es tener preferencia por algún candidato (que tampoco es muy profesional que digamos, pero bueno, somos humanos), y otra, muy distinta, es el “dedazo” para imponer la decisión, sin considerar el debido proceso.
La tercera lección de esta historia es que nunca es tarde para cambiar los errores del pasado. ¿Te imaginas Volver al futuro como el drama que interpretaba Eric Stolz? ¿Imaginas un final pesado y denso, en lugar de la icónica frase final entusiasta de “A donde vamos no necesitamos caminos”? ¡Claro que no!
Al final, los “dueños de la vacante” pasaron por encima de una regla no escrita en el cine: nunca cambiar al protagonista, menos aún cuando vas a mitad del rodaje y con el tiempo encima. Pero valió la pena: al final, como decimos en Brivé, el potencial de las organizaciones está en las personas, y tomar esta dura decisión fue lo que salvó a esta película, consagró la incipiente y ya prometedora carrera de Michael J. Fox y, de paso, le dio otra oportunidad a los creadores de probar que tenían una gran historia por contar (después de sendos fracasos).
Quizás te preguntes, ¿y por qué esta película? Bueno, no es casualidad. Seguramente en el cine o en otras muchas esferas de la vida hay miles de ejemplos de la importancia de llevar un debido proceso de selección de personal; pues bueno, en este caso elegimos este clásico porque fue la inspiración temática para nuestro gran evento ¡HR Time Machine!
En él, abordamos desde una perspectiva fresca, con juegos y actividades dinámicas en las que más que espectadores tuvimos participantes activos, todos de áreas de Talento, haciendo lo que les apasiona: evaluación de candidatos y selección de personal. Y es que, sin duda, volver al ser humano es precisamente el futuro de la atracción de talento.
Hubo grandes dinámicas, pláticas y regalos. Te recomendamos seguirnos en nuestras redes sociales para estar al tanto de los siguientes eventos, para que sigas mejorando integralmente el ciclo de talento completo de tu organización.
¿Quieres obtener una ventaja competitiva en la guerra por el talento y en un entorno que cada día revela que las personas son lo más importante para las organizaciones? Pues bien, adelántate a tu tiempo y comienza a tomar decisiones de talento como se hará en el “futuro”, que ya es hoy. Aunque bueno, seguramente no tienes el DeLorean del Doc. y no podrás volver al pasado para alcanzarte a inscribir; así que te dejamos aquí un breve resumen en video por si te perdiste el evento.
¡Allá te esperamos, McFly!